“Come lo que quieras en Semana Santa, el sacrificio no está en el estómago, sino en el corazón.
La gente, se abstiene de comer carne, pero, no le hablan y hacen de menos a sus hermanos y/o familiares, no visitan a sus padres ni los atienden.
No comparten su comida con quien más lo necesita, alejan a sus hijos de su padre/madre y/o abuelos. Critican la vida de los demás, abusan de su pareja, levanta calumnia, falsos testimonios contra sus hermanos, etc.
Un delicioso «lomo saltado» o una carne bien guisada no te hace una mala persona, al igual que un pescado frito no te hará un santo. Mejor busca tener una buena relación con Dios haciendo el bien a otros.
Seamos menos arrogantes y más humildes de corazón.” Papa Francisco